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domingo, 12 de mayo de 2024

V

 Respiras tranquila, pegada a mi pecho como parte casi ya de ti, alzas tu mano y pides llegar a mi cara por reforzar la idea de que nunca me iré de aquí.

Me das fuerzas y me quitas energías, me haces llorar y reír como nunca. Me reinventas, me quitas el aliento y me das empuje.

Alguien nació y murió el día que llegaste a este mundo.

Aunque lo más brutal de todo esto es que siempre formaré parte de ti, como tú un día lo hiciste de mí.

Hija, guerrera, alegría de nuestros días, gracias por aparecer y florecer como sólo tú sabes.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Ausente

Dícese de la persona que en su caminar, solo ve sombras, nada satisface o alivia su pesar, sola se crea las losas que acompañan en su naufragio y mientras las crea, más sola se siente, más alejada, más y por lo tanto menos.

Cree haber recibido lo que ha dado, cree que su pena es considerablemente recibida puesto que algo debió hacer para quedarse sola y llorando por mucho que la acompañen los ángeles que jamás la abandonan.

A veces no siente, no degusta los colores como solía, no calan las caricias ni los besos, porque ya no se encuentra. En cambio, el atisbo de luz que queda en ella sigue soñando, amando, agradeciendo cada mirada y cada caricia que recibe, pero eso no es lo que su exterior siente, porque no sabe cómo sentir sin que duela.

Será un dolor patológico o quizás no querer volver a sentir, pero la maraña que se enreda en su caminar no la deja avanzar ni apreciar las cosas maravillosas que la rodean aunque tropiece con ellas.

Si hay alguien que encuentre una solución, háganselo saber, háganle que escuche, no la den por perdida, porque esta alma vieja y dolorida solo vive enfrascada en los ovillos que viven en su estómago desde que no sabe cómo hacer para respirar.
Nunca escribo sobre la luz, esa que te tira al suelo para que te levantes renovado, esa que promete ser la salida. De vez en cuando la miro, siento cerca el abanico de seguridad que representa pero el solo capricho de separarme de ella provoca que me hunda donde ya estuve. Esta ansiedad me anuda el pecho y tira de mí hacia la oscuridad que no cesa en perseguirme y seducirme.

martes, 5 de diciembre de 2017

Me devora la sensación de ingravidez que me dan las inseguridades de tu boca.

martes, 25 de julio de 2017

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Dime que quieres de mi y te escucharé, pero no pretendas que adivine tus caprichos.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Lo encontré sin esperarlo, sin pedirlo, casi sin desearlo pero llegó a mí y me golpeó con dulzura desarmándome por completo.
Temía que mi escudo no aguantase, que me quedara desarmada de nuevo, pero él solo me dio la mano para que dejásemos ambos nuestros muros apartados y fuésemos la protección del otro. Así sin más. No hizo falta invocar, hechizar, ni siquiera revisar la lista de los "posibles", con solo mirarme conseguía remover y encender cada célula de mi cuerpo y eso era bien nuevo considerando el poco temblor que me habían provocado hasta el momento. Si esto es lo que nos hacían soñar con qué debíamos sentir, entonces ya está, ya lo sé y el frenesí que me provoca es tan adictivo que el solo pensar ya no en su extinción, si no en una dosis menor, me aniquila, me consume y arrastra a la superficie todos mis demonios. Pero ahí están otra vez, esos luceros a los que dormiría abrazada y recargan cada hito de mi ser. Se queda conmigo, me salva, como yo le salvo a él, venimos uno al otro conscientes de que llamamos desesperados por otro asalto, otra caricia, otro resquicio de adrenalina para dejarnos con esa cara de atolondrados a la que nos hemos acostumbrado a ver.

Cuando esperas saber cuándo será el momento de dejar de buscar o dejar de esperar por algo mejor, no tienes ni la más remota idea de cómo terminará ese duelo y si quieres saberlo te lo diré, llega cuando tras haberle golpeado con todo, tus miedos, iras, inseguridades y a saber cuántos despropósitos más, lo ves herido, dando vueltas sobre sí mismo como si todos sus demonios estuvieran arrastrándole a él bajo la superficie y aún así, continúa queriendo remar a tu lado. Cuando prevés que no tienes por qué demostrarle nada porque no te está retando, su luz te besa en cada sien y ya no hay dolor ni autocompasión, tal vez por fin tu alma dolida y habituada a buscar un pero se siente en calma y se levanta arropada en un viento y un calor con el que soñabas. Ahí sabes que vas a temer el tiempo que no lo tengas delante por la dependencia que crea ese bienestar al que ya no quieres desengancharte. Si mañana no pudiera volver a verte, me gustaría susurrarte una vez más que mi para siempre durará mientras tu respires a mi lado y si puedo decírtelo una vez más, no podré soportar ni un solo día sin quererte un poco más, sin lamer tus cicatrices para que duelan menos, sin mirarte y darte toda mi energía y todo lo que entiendo por mío sin trucos ni reservas porque adoro cada paso sigiloso que das, delante, a un lado, detrás, encima o debajo de mí y como consigues mirarme como si no pasara el tiempo. Aunque siento no haberme dado cuenta hasta ahora de que en realidad, siempre he creído que me mirabas así pero lo creía fruto de mi mente galopante. Todo, la totalidad, el conjunto y la suma del universo, toman sentido contigo frente a mi corazón y ya no siento los barrotes de mi cárcel particular, ya no hay vergüenza ni rencor porque por fin te he encontrado, tú, el de los mil nombres para mí, llevas ante todo la cruz que me indica que ya he encontrado mi tesoro, que ya sé quién es el Amor.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Mai pensava

Respirar consta en tantíssimes coses que em sorprèn que no ens fixem en l'esforç i el dificil que pot aplegar a ser. Ara em done compte, és un acte tant quotidià, però sols te'n adones quan no pots fer-ho, quan respirar és un luxe, quan no respirar et lleva el somriure i et posa sacs baix els ulls.
M'agradaria plenar els pulmons i que al exhalar no se m'acabara l'aire, però no n'agafe prou i el gos negre està massa sovint damunt meu. Els canvis necessiten tants pilars i reforços que estic baix l'andami sense saber on col·locar la primera pedra. Molt menys l'estructura que donaria sentit a allò que m'agradaria viure com a "la meua vida".
El buit m'atrau cap ell, i ací estic, amb el cap de costat, la mirada trista i ja no veig a l'horitzó el fons del mar...